Elia Álvarez

La idea de fundar The Laundry me llego por varios caminos. El primero fue haber usado yo misma, en Londres y en otras ciudades donde he vivido, lavanderías automáticas y conocer su eficacia y el valor social que la lavandería de monedas tiene para las personas que lo usan.

Usar la lavandería autoservicio suponía salir del entorno doméstico en el que otras mil tareas me distraían. Mi colada se convertía en las lavanderías automáticas en tiempo para mí: en ellas he estudiado, leído algún libro pendiente y he conocido amigos que aún conservo.

Por otro lado, recuerdo con mucha nostalgia las conversaciones con mi abuela Rosa, hablando de sus tareas, pero muy especialmente de la realización de la colada en los lavadoiros. Los Lavadoiros eran un punto de encuentro, se reunían muchas mujeres, algunas de ellas llevaban a sus hijos en las canastillas de mimbre y mientras ellas lavaban, los bebés dormían. A pesar de las condiciones, a veces muy duras con el agua helada en invierno, del rostro de mi abuela siempre brotaba una sonrisa recordando todo lo que compartían en esas jornadas de lavado.

Yo misma recuerdo haberla acompañado de niña a estos lugares que ahora, afortunadamente, se han recuperado… y recordando, recordando…mi mente se traslada a los momentos en los que con curiosidad contemplaba como mi abuela hacía el jabón… Ese que probablemente con sus manos y mucha paciencia hacían todas aquellas lavandeiras…

El 9 de noviembre del año 2014, años después de haberlos utilizado en Londres, hablando y recordando con una amiga me llegan imágenes de una lavandería autoservicio. Una semana más tarde encuentro –¿por azar?– un vieja Lavandería, Lavandería Los Angeles cerrada y conozco al Sr. Antonio, toda una vida dedicada al arte de lavar y The Laundry pasa de ser una visión a hacerse una realidad.

The Laundry es el resultado y espero que se convierta en un lugar tan especial como fue para mi abuela el lavadoiro de su aldea. Una lavandería del siglo XXI con los mismos valores de eficacia y sociabilidad que antaño. Ya me diréis.

Elia Álvarez

Os lavadoiros

La tarea del lavado de ropa está unida a la historia de las sociedades organizadas y las actividades relacionadas con el concepto de higiene, limpieza, urbanidad y progreso.

Los lavaderos públicos fueron, durante el siglo dieciocho 1820-1830, mucho más que un lugar donde lavar la ropa. Cada lavadero congregaba cada tarde a decenas de mujeres –entonces solo lavaban la colada las mujeres– que acudían cargadas con cestas y calderos a lavar la ropa.

Durante el siglo XIX, la construcción de un lavadero fue una lucha común en todos los pueblos pues era el único método conocido para aliviar el dolor de espalda de las mujeres que, de otra manera, se pasaban horas arrodilladas frotando la ropa de la familia.

El lavadero era su lugar de reunión, donde se comentaba cualquier acontecimiento que ocurría en el pueblo; hervideros de lo bueno y de lo malo, donde además de sacar las manchas de la ropa se sacaban también del alma, en una época donde lo cotidiano dejaba poco tiempo para el humor

De aquellas conversaciones nos llegan expresiones como ‘lavar los trapos sucios’ en relación a contar intimidades de otros y ‘hay ropa tendida’ como modo de avisar que no se puede hablar de según qué cosa delante de una persona determinada o de algún niño que no debería escuchar.

Del término en catalán safareig (lavadero) viene ”chafardero” para quien habala de los demás, usado también ,a principios del siglo XX, como sinónimo de periodísta.

Aquellas tertulias no premeditadas son rememoradas con cariño por las personas que las vivieron.

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Os petroglifos

The Laundry nace en Galicia con una clara idiosincrasia gallega. Por eso construimos nuestra identidad visual sobre un rasgo común de las sociedad gallega, su pasado celta y los símbolos que permanecen de sus rituales y códigos de comunicación en castros y asentamientos ancestrales; los petroglifos, que representan con sus formas ideas y arquetipos; sol, luna, agua, fuego, tribu, trabajo, etc.

Los petroglifos gallegos, con signos emparentados con las runas vikingas, han viajado por el tiempo mimetizándose con signos y construcciones cristianas y culturas urbanas. Forman ya parte del imaginario popular actual y son muy reconocibles.

petroglifos

Tanit, diosa del hogar y del agua

Buscamos un signo que sintetice el elemento agua, el carácter femenino y social y se represente como petroglifo reconocible y encontramos a Tanit.

Tanit es la diosa cartaginense de la Luna, regidora de las mareas y patrona del hogar y el ajuar de la casa.

Su figura se extendió por todo los países del Mediterráneo de la mano de la cultura fenicia. Se la representa en relieves con una luna creciente en forma de cesto que sujeta con sus manos en la cabeza. Como busto a parece siempre con los brazos extendidos, en actitud de lavar y celebrar.

Encontramos en su símbolo más sintético un isotipo adaptable a la identidad de The Laundry.

tanit diosa del hogar agua

Nuestra identidad, nuestra visión

Queremos sintetizar en nuestra marca innovación con tradición y calidad con personas, por eso elegimos estos elementos para dar forma a nuestra visión.

Así, unimos la figura tradicional de la lavandera camino al agua con el símbolo y arquetipo lunar de Tanit a y le añadimos el símbolo universal de la empatía: el smiley.

Añadimos el Sol, con su carácter masculino, para abrir esta identidad a los usos domésticos actuales, no cerrados a un solo género.

El resultado es una mascota divertida con la que nos identificamos.

Componemos el nombre diseñando cada letra sobre signos sacados de petroglifos y runas y los unificamos en un estilo propio y coherente con nuestra identidad, innovadora y empática, como nuestros servicios.

identidad vision

the laundry composition

que traes que te llevas
somo un sol

 

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