–¿Una lavandería? Quizás…
–Ummm… qué recuerdos… Mis años de estudiante, conversaciones casuales con recién conocidos, el calor de las máquinas al entrar desde la calle, lloviendo; el aroma que desprendía mi bolsa al volver a casa, la sensación de traerme algo necesario ya hecho y poder estudiar y ocuparme de otras cosas en casa…
Un diálogo parecido tenía yo en mente en octubre de 2014, entre mis dudas y mis evocaciones, con una firme resolución: quería montar mi propio negocio.
En septiembre de 2014 acudí a un curso de emprendedores y me animó conocer gente ilusionada y con coraje para arrancar sus proyectos pese a la situación económica y al escaso apoyo institucional.
Cuando me decidí por la lavandería, me puse en marcha: Mi lavandería no sería un local frío e impersonal. Tendría calidez y comodidad. Un sitio con vida, social, como la de aquellos lavadoiros donde mi abuela Rosa nos contaba que las mujeres de su época se encontraban y compartían su día a día. Un servicio útil y acogedor.

Busqué local en Ourense, mi ciudad. Encontré una antigua tintorería, Los Ángeles, tan jubilada y con tanta solera como sus dueños, que son hoy mis amigos; el señor Antonio y su mujer, doña Carmen. Dos personas encantadoras que me contaron su vida en la tintorería y me animaron a montar mi negocio.
–No será igual, Sr. Antonio, los tiempos cambian…–les contaba mi proyecto y se les iluminaba la cara.
–Claro, rapaza, cómo no van a cambiar, ahora as lavadoras van solas; e a ti vaiche a ir ben, xa verás. Ahora xa podo morrer tranquilo –Dice socarrón, con sus 85 años.

Elegí lavadoras, las mejores que encontré para la dimensión de mi local, busqué financiación (me costó mucho encontrarla, a pesar de la propaganda pro emprendedores) y, una vez firmado el contrato del local, busqué quienes me lo pudieran transformar en mi lavandería. Para entonces el diálogo en mesa de reuniones de mi cabeza iba rápido, muchos temas que tratar, y el entusiasmo crecía cuanto más concretaba aspectos de la lavandería que, lo tuve claro, sería a mi imagen y semejanza en el calor, la calidad y el compromiso con que siempre he trabajado en todo lo que me he implicado.
Mi objetivo, claro: abrir la lavandería al público el día 1 de febrero de 2015.


–No puede ser, es un plazo un poco corto, necesitas más tiempo.
–Uy, desde que pides los materiales hasta que los traen…
–Con las compañías de teléfono y luz, ten paciencia porque hasta que…
–… Y tienes que contar con los imprevistos…

Gracias a un estupendo trabajo de equipo, a mi tozudez y por algo de ayuda de la “providencia”, lo conseguimos. El día anterior todo el mundo sonreía.
–Jolín, Elia, lo conseguiste…
Hicimos una fiesta de presentación que todavía recuerdan todos. Sí, lo había conseguido pese a los retrasos, las averías de última hora, la…
Ya tenía mi lavandería y me gustaba. Y gustaba a quienes se la enseñé.

Y sí, hoy hace ya un añito que The Laundry abrió sus puertas y lo celebro dándoos las GRACIAS a tod@s>. Guardo en mi retina muchos momentos realmente especiales. Me es muy difícil poder seleccionar de entre tantos momentos emotivos. Sois estupendos y estamos todos hoy de aniversario. Sin vosotr@s The Laundry no cumpliría su primer año :o)

Difícil no recordar la emoción de las personas que descubrían el negocio por primera vez, acercándose a verlo incluso desde otros barrios; que cruzaban la Avenida de Santiago para ver esto de cerca, la cantidad de vecinos que paraban a leer todos los mensajes del escaparate y a mirar dentro; que paraban el coche o que entraban a felicitarnos por apostar por el barrio, por ofrecer un servicio nuevo en la ciudad y por poder utilizar un servicio que hasta ahora muchos solamente habían visto en las películas… por transformar esa antigua Lavanderia… Por innovar, por emprender, aprendiendo yo con todos ellos.

Desde ese 1 de febrero de 2015 no he dejado de recibir el apoyo y el cariño de tod@s las personas que entraban para informarse y después han venido y siguen viniendo a realizar su colada a The Laundry.

Fantásticos y estimulantes, la expresión de los abuelos y abuelas al descubrir el negocio y después utilizarlo. Ha sido muy emotivo ver sus caras al entrar en The Laundry por primera vez y sobre todo el cariño que recibimos cada vez que lo utilizan…
–Ay, filla, eu xa non vou a outro sitio, nin volvo a lavar a roupa na casa…

Mi gratitud a la generosidad de todos los que han compartido y valorado nuestro servicio con amigos y nos han recomendado a sus conocidos.

Mi gratitud también a todos los peregrinos y turistas que nos han visitado desde Australia, Corea, Canadá, EEUU, Argentina, Venezuela, México, Alemania, etc.

Mucha gratitud a quienes nos honran en las redes sociales con sus comentarios, fotos, diálogos y valoraciones, casi siempre estupendas. Nos gusta y anima hablar con vosotros, intercambiar ideas, conoceros.

Nos queda mucho camino por andar, por mejorar, por acercarnos a las personas y aprender a utilizar la lavandería con el respeto y calidad que todos nuestros clientes merecen. Si tenéis sugerencias para conseguir esto entre todos, por favor, decidnos.

Por el camino tuvimos malos entendidos y desencuentros, como el generado con quienes querían lavar la ropa de sus mascotas y pensaron que teníamos algo contra los animales. Publicamos una nota explicando nuestra visión y razones y parece que todo se aclaró.

Sigue siendo nuestro objetivo que The Laundry sea el espacio donde puedes venir, hacer tu colada por precios asequibles, que salga estupenda y que, mientras se lava y se seca, tú estés bien.

Quiero seguir haciendo ese camino con vosotr@s, tod@s.
MUCHAS gracias de nuevo a tod@s por ayudarme a conseguirlo. Gracias por vivirlo entre tod@s.
Gracias y bienvenid@s. Benvind@s, amig@s.

Elia

Comentarios   

+1 #1 Eva 01-04-2018 21:36
Impresionante, gustoume, volverei, moi rápido e moi limpia a roupa
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que traes que te llevas
somo un sol

 

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